viernes, 5 de julio de 2013

El renacimiento de Counting Crows


Counting Crows no pudieron empezar su andadura como banda de mejor manera. Su álbum de debut, August And Everything After ya les definía como banda inclasificable, capaces de aunar intensidad, lirismo, rabia y melancolía en la misma canción. A pesar de la calidad de su primer disco hay veces que casi prefiero más Recovering The Satellites, ese inicio tan espectacular con Catapult y Angels Of The Silences es uno de mis momentos favoritos de toda su discografía. Pero a pesar de que en directo seguían siendo tremendos, fácilmente comprobable en Live In New York City y Live At Heineken Music Hall, los dos discos en estudio siguientes, This Desert Life y Hard Candy, los mostraba como una banda sin la inspiración del principio, no son discos malos, lo que pasa es que el nivel de las mejores canciones estaba algo por debajo de sus primeros trabajos. 

Había pasado tiempo desde que les perdí la pista y recuerdo que un día en Radio 3 escuche un adelanto de Saturday Nights & Sunday Mornings, un disco que me pareció un estupendo retorno a su mejor nivel, con esas dos partes tan diferenciadas, esos sábados locos y desmadrados y los domingos más reflexivos. El ramillete de canciones es maravilloso: 1492, Hanging Tree, Los Angeles, When I Dream Of Michelangelo (bellísima) o You Can Count On Me. La banda estaba en plena forma y así lo indican los directos de la época.

Para la primera edición audiovisual de la banda, con la revisión completa de August And Everything After, no pudieron haber estado más acertados. El disco es una maravilla y su interpretación en directo muestra como hay música a la que el paso del tiempo incluso mejora. El bipolar Adam Duritz da un recital como frontman, es muy interesante verle en el escenario: personalidad, intensidad, encanto y talento puro. Round Here es de ensueño, Duritz brilla dominando la escena como pocos son capaces de hacer, es un maestro, está imparable y es difícil dejar de mirar la pantalla mientras está en plano. La inclusión del hombre-para-todo David Immerglück (anteriormente con John Hiatt) a la guitarra, mandolina y lo que haga falta, es muy acertada, un músico tan brillante y al que no le importa mucho estar en un segundo plano.

Su último capítulo de momento es el genial disco de versiones Underwater Sunshine, un ramillete de canciones tan dispares tanto en tiempo como estilísticamente y a las que Counting Crows dan un empaque único. Afortunadamente en la lista de canciones no nos encontramos con clásicos repetidos hasta el asco. El buen gusto que tienen al elegir maravillas como Ooh La La de Faces, Hospital de Coby Brown, Return Of The Grievous Angel o Coming Around de Travis y su forma de hacerlas propias deja muy claro que esta banda tiene talento y entusiasmo para dar y tomar, aunque haya pasado mucho tiempo desde que emisoras de radio o cadenas de televisión programaran Mr. Jones una y otra vez..


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