martes, 1 de octubre de 2013

Barón Rojo - La Película


Para ser un documental grabado con pocos medios hay que decir que les ha quedado muy bien este acercamiento a las glorias y miserias de una de las bandas españolas que rompieron moldes en su momento, codeándose con la aristocracia hard-rockera de los 80's. A falta de presupuesto descomunal la ilusión y las ganas siempre son garantía para un trabajo bien hecho, y el no querer abusar del metraje en este caso puede hasta ser un punto a su favor. No es que me caigan demasiado bien Bunbury o Javier Vargas, pero sus puntos de vista son interesantes, aunque no haga falta que nadie descubra lo buenos que eran al principio y lo impresionante que es Armando De Castro como guitarrista. No será una película de la que se pueda decir que es The Last Waltz versión española y heavy, y ni falta que hace. Aquí hay sinceridad, sin tapujos pero sin querer regodearse demasiado en innecesarios cotorreos. Queda claro que de la ruptura de la formación original los más damnificados fueron Sherpa y Hermes Calabria, se les nota ese punto de amargura, y es que debe ser difícil de aceptar que las diferencias personales echaran al traste el sueño de dos musicazos. Muchas bandas hay que pasan por peores cosas que ellos, eso seguro, pero siguen adelante. Los De Castro, que aparecen como tipos más fríos y calculadores, pueden vivir bastante bien del grupo con la formación actual, o al menos bastante mejor de los que les va a los otros dos fuera del grupo. A mi, como a Sherpa, me da la sensación de que si los De Castro tuvieron ganas de hacer esa gira en 2010 no fue por otra cosa que por interés económico, así que no es de extrañar esa frialdad entre ellos, aunque estoy seguro de que si surgiera otra vez la oportunidad de repetir Sherpa aceptaría de nuevo. También es de valorar los apuntes sociales y hasta políticos sobre esa época en que el Barón empezaba a volar alto, está bien que no se obvie el cutrismo español, como las circunstancias en las que grabaron su primer álbum en vivo, aunque sea algo que no haya cambiado tanto desde los 80's. Es lamentable que se quejen de que ese pabellón de deportes sonara tan mal, pero de todas formas dieron el concierto allí, y aún se dan conciertos en sitios que en la vida van a sonar bien.

Se echa en falta que no hubieran grabado algo nuevo en esa reunión o al menos algún documento de audio o video de las actuaciones grabado en condiciones. Y hay que decir que les honra que hicieran conciertos de tres horas con todo el material que los fans querían escuchar en vivo de nuevo y con los cuatro miembros originales. Volvieron por la pasta, sí, pero se entregaron a fondo.