jueves, 11 de abril de 2013

Sound City - Reel To Reel

Sound City, a pesar de sus muchas virtudes, para mi marca un antes y un después en mi consideración por Dave Grohl. A pesar de que respeto a Foo Fighters siempre me han parecido una banda correcta sin más. Para mi lo mejor de Grohl era su estancia en Nirvana y su inmensa furia a la batería. Recuerdo esa actuación televisiva cuando formó esporádicamente parte de Tom Petty & The Heartbreakers, después de morir Kurt. Parecía que a los Heartbreakers les habían metido una dosis de adrenalina. Lo cierto es que hubiera sido interesante que su experiencia con Tom Petty se hubiera prolongado, aunque Steve Ferrone es tambíen un sustituto perfecto para Stan Lynch.
Pero llega Sound City y Grohl nos demuestra que no es sólo un batería cojonudo. Este film sobre los estudios Sound City no sólo muestra su amor por la música, si no que es asimismo uno de los mejores documentales sobre el rock que se puedan haber hecho. A través del buen rollo que Dave destila Sound City, Reel To Reel nos cuenta la historia de unos estudios legendarios donde se forjaron bandas, multitud de discos memorables y de historias muy grandes, entrañables y emotivas. Además es capaz de poner en la pantalla opiniones tan diferentes sobre las grabaciones analógicas y digitales como los de Neil Young y Trent Reznor sin que necesariamente uno tenga que tomar partido por uno y despreciar al otro. Todas las opiniones son respetables.
Y si me centro exclusivamente en la banda sonora, ¿qué se puede decir? Que gran labor de hacer un disco como ese, tan variado y tan homogéneo al mismo tiempo. Pensar que un disco puede reunir música de Stevie Nicks, Rick Springfield, Josh Homme, Paul McCartney, Trent Reznor, gente de Fear, Slipknot y que nada desentone tiene mucho mérito, y además suena como un cañón. Impresionante lo que ha logrado Grohl.

Spartacus: sangre, cámara lenta y la polla de Júpiter


No se por qué pero cuando me disponía a ver el episodio piloto de la serie estaba convencido de que iba a estar a la altura de Roma o Los Borgia. Ese primer episodio ya me dejó claro de que para nada, pero al menos me he divertido viendo la primera temporada. Un exceso de borbotones de sangre, descuartizamientos y mamporros a cámara lenta, tipos musculados, esclavas macizorras, imágenes de sexo depravado, conspiraciones por el poder y expresiones tipo "por la polla de Júpiter" o "por el coño de Venus", un coctel peligroso cuando los momentos supuestamente más sentidos están hasta arriba de una sensiblería para reírse de cualquier melodrama de telefilme barato. Como punto a favor, diría que los torsos no son al estilo 300, con hormonas generadas por ordenador, y observo un sentido del humor en ciertas situaciones de la que carecen otros productos de esta calaña, igual la mano de Sam Raimi como productor se nota. Siendo un admirador de series como Los Soprano, The Wire, Twin Peaks o Breaking Bad no está mal tirarse al lodo de un subproducto como este, creo que la próxima temporada que caiga de una serie de calidad será mejor recibida todavía después de ver a un mogollón de tipos andando como si tuvieran las pelotas de tamaño melón y tanto horterada y tanto aceite corporal. Destacar la tipa que salía en Xena, y lamentar el fallecimiento del actor principal, no pasará a la historia por sus cualidades interpretativas, pero la verdad es que el hombre se esforzó lo suyo, que parece que es lo que cuenta.