jueves, 28 de noviembre de 2013

Casablanca - Edición 70 Aniversario

¡Que maravilla encontrar esta edición y además tirada de precio! Y más para mí, que aunque desde la primera vez que la ví aprecié mucho esta grandiosa película, verla el otro día me ha hecho que la adore aún más. Todo lo que se pueda decir de una obra maestra intemporal como esta es poco. Todo encaja como la seda. Casablanca es un mundo en sí mismo. Es cine fantástico. No existen sitios como Rick's, ni gente como la que lo abarrota noche tras noche, ni nadie habla como los protagonistas, etc. Supongo que si alguien no se emociona con muchas de las escenas de esta película será por tener cualquier otra cosa en el sitio donde debería estar el corazón. Esa Marsellesa tapando el himno de los alemanes es de lo más emotivo que se puede experimentar. Y qué decir del reparto: Bogart, que desde entonces nadie ha podido igualarle a la hora de interpretar a ese tipo de hombres, cínico pero apasionado, sin dobleces. Y la Bergman, tan bella como adorable, lo que hace en Casablanca no está al alcance de casi nadie. Y Claude Rains, mágico, así como el resto de los secundarios. Un lujo es decir poco.

Y además el material que incluye esta edición es también estupendo, destacan los documentales sobre Michael Curtiz y el de Lauren Bacall sobre Bogart. Miles de anecdotas sobre gente irrepetible. Entre todo el material que incluyen los dvd's y el programa sobre la película de Que Grande Es El Cine que he recuperado estoy pasando una semana Casablanca al cien por cien. Además de toda la retahíla de escenas célebres, frases geniales, planos mágicos y todo lo demás, si me quedo con una escena de las menos comentadas sería cuando Ilsa le cuenta a Rick por qué le abandonó en Paris. Esa explicación, esas líneas de diálogo, la actuación de la pareja protagonista, para mí es clave a la hora de tener esta película en un pedestal. Hay muchas películas que fallan en momentos claves, y aunque uno las siga disfrutando no tiene precio encontrarse con un film tan redondo como Casablanca, donde no hay nada que desmerezca al resto. No está nada mal para una producción realizada en teoría sin esperar mucho de ella, una entre tantas.

Nunca volverá a hacerse nada como Casablanca, en los documentales ponen imágenes sobre unas adaptaciones para televisión que se hicieron en varias ocasiones, una de ellas con David Soul, con todos mis respetos hacia él, me dio la risa verle metido en la piel de Rick, pero es que creo que nadie haría otra cosa además del ridículo intentando hacer algo que ya hizo Bogart.


miércoles, 13 de noviembre de 2013

Highwaymen Live!


Ya tenía ganas de tener en mis manos un dvd de buena calidad con este concierto de la mítica gira que hicieron juntos nada menos que Willie Nelson, Johnny Cash, Kris Kristofferson y Waylon Jennings. Cuatro héroes del country. Cada cual con una entidad y un aura legendaria acorde con su carrera musical. Cuatro hombres irrepetibles, no sólo del country, de cualquier estilo de música. Una forma de vivir que ya casi ni existe. No es únicamente la buena forma en que están en el concierto y todos esos grandes temas uno detrás de otro. Ese buen rollo, el respeto y la admiración sincera que se tienen entre ellos es algo que debería verse más a menudo. Leyendas, cuantas veces se usa esa palabra para definir a cualquiera que pocos merecimientos tiene.



No hace mucho estaba con un músico de mi ciudad, estábamos hablando de los grandes del blues de Chicago y similares: Muddy Waters, Howlin' Wolf, Elmore James o Otis Rush. Coincidíamos en que gente así ya no va a volver a haber, nunca. En lo que no podía estar muy de acuerdo con que esta persona es en pensar que los artistas del country están por debajo de los grandes del blues. En este país tenemos unos complejos muy raros, pasan los años hay cosas que no cambian, y parece que se relaciona algo como el country con los aspectos más negativos y arcaicos de la cultura norteamericana, o con una mentalidad que es opuesta a la que realmente tienen. Alguien como Willie Nelson ha compaginado siempre su música con la lucha contra las injusticias, aunque no ha salido en la foto como Bono con Greenpeace, pero seguramente haya hecho mucho más.

Parece que las leyendas del country no merecen tanto respeto para algunos como las del blues, el rock o el soul. Gente como George Jones o Kristofferson son tan o más grandes que James Brown o Elvis. Los discos están ahí y puede ser tan cojonudo escuchar a Robert Johnson como a Hank Williams, a Johnny Cash y a Muddy Waters. La música no engaña.

La culpa de parte de eso quizás la tengan los medios, aunque siempre ha habido un programa estupendo de country en Radio 3 la gente que no lo conozca antes siempre relacionaba el country con John Denver o Kenny Rogers. Así es normal que la gente salga huyendo. Yo descubrí a algunos artistas de ese género por ese genial disco, Rhythm, Country & Blues, en el que artistas negros, mayormente del soul y alguno del blues, se juntaban con artistas del country para hacer versiones de temas míticos de uno u otro estilo. No sólo es un disco impresionante realizado con un gusto exquisito, ahí tuve mi primera toma de contacto con George Jones, Travis Tritt o Marty Stuart. Otro de esos discos por el que no pasan los años y que debería haber tenido continuidad.




miércoles, 6 de noviembre de 2013

Matthew Sweet - Girlfriend (1991)


Disco monumental, una auténtica joya a la que el propio Matthew Sweet ha sido incapaz de acercarse en discos posteriores, aunque haya seguido haciendo muy buena música. Ya desde la portada, con esa preciosa foto de Tuesday Weld, y desde las primera canción, la impresionante Divine Intervention, se ve que estamos ante un disco muy personal, con unas canciones extraordinarias y una producción exquisita. Esos coros maravillosos del propio Sweet, con unas armonías insuperables que planean por todo el disco y que suenan a gloria bendita junto a la voz solista, esas guitarras tan rockeras y magistrales (no en vano los guitarristas son Robert Quine y Richard Lloyd de Television) y esas melodías que son capaces de reinventar el clasicismo. Pero es que toda la producción es impecable, cada tema tiene su propio tratamiento y se adivina que tuvieron que ser unas sesiones de grabación inspiradísimas y llenas de creatividad en todos los sentidos, tal vez lo que necesitaba Sweet, que escribió y grabó todos los temas en medio de un divorcio, así que el disco también le sirvió como válvula de escape y una forma de enfocar un aluvión de emociones en su música. Alguien le preguntó si se creía capaz de volver a hacer de nuevo un disco tan extraordinario como Girlfriend, Sweet respondió que nunca se sabe, que seguramente volvería a estar tan deprimido alguna vez.

Tan cerca del pop británico como del rock californiano, y rebosando clase. De la pegada de los temas iniciales, enormes I've Been Waiting y Girlfriend, se llega a un prodigio tan sentimental como Winona, un tema tan sentido como mágico. Otro tema irresistible es Thought I Knew You, pop con acústicas y con Lloyd Cole acompañando, delicioso. Does She Talk? es una de las canciones más agresivas y rockeras, con unas guitarras demoledoras a cargo de Robert Quine. Aunque esté plagado de diferentes influencias y se saque partido a todo lo que se puede hacer en un estudio el disco resulta homogéneo, es realmente difícil elegir solo unas canciones, un auténtico album que debe ser escuchado en su totalidad, a pesar de que esté plagado de canciones que valen mucho por si solas. Un disco para poner aparte junto a Tomorrow The Green Grass de The Jayhawks y She's The One de Tom Petty & The Heartbreakers.


viernes, 1 de noviembre de 2013

Crematorio


Tenía un poco de reparo antes de ponerme a ver la serie, es posible que no esperara mucho después de haberme leído el libro de Rafael Chirbes, el primero de los suyos que ha caído en mis manos y que me ha parecido que iba de más a menos, con sus ratos brillantes pero otros menos, y es que tanta reflexión y diálogo interior, por muy lúcidos que sean, han terminado por resultarme monótonos por momentos. Además, el cine o la televisión española no está pasando por una época muy brillante que digamos, aquí parece que sólo se pueden hacer series de gilipolleces y humor estúpido. Pero hay que decir que Crematorio, la serie, no decepciona en absoluto. Hay elegancia, gusto, todo resulta creíble y la estructura narrativa es muy diferente al libro, hacer algo cercano al libro en ese sentido no tendría sentido. El trabajo del reparto en su mayoría es un lujo, con un gran José Sancho en cabeza, Rubén Bertomeu le fue como anillo al dedo y por supuesto que dice mucho de la categoría de Sancho que ese fuera uno de sus últimos trabajos. Su saber estar, su contención y su presencia, dando vida a un tipo que domina a los demás sin tener que mostrar vemencia, ya sólo justifica el visionado de los ocho capítulos de la serie. Hay quien dice que Crematorio es el equivalente español a The Wire o los Soprano, y no seré yo quien lleve la contraria. Especulaciones inmobiliarias, mafias rusas, sórdido tráfico de drogas, putiferios, amores imposibles, amor por el poder y el dinero, violencia, todos esos elementos que son tan bien tratados en series como las de la HBO aquí tiene su traducción española sin caer, menos mal, en lo vulgar y en el esperpento, que era lo que me temía. Con todo lo bueno y lo malo que puede resultar decir algo así: no parece la típica serie española idiotizante.