Después de sonar la musiquilla de El Precio Justo Wilco toman el escenario y empiezan con Wilco (The Song). Los tres primeros temas quedan algo deslucidos por los graves problemas técnicos, los más cabreados eran John Stirrat y Nels Cline, pero estos tíos son tan geniales que incluso limitados pueden sacar cualquier cosa adelante. A partir de Bull Black Nova todo se solucionó y de ahí hasta el final fue asistir a la realidad de una de las mejores bandas del rock, así de claro.
Wilco son una maquina perfecta y exuberante, con una precisión asombrosa y una lucidez muy poco común. Dentro del todo que forman sus seis componentes, la otra noche me quedo con Jeff Tweedy, Nels Cline y Glenn Kotche. Tweedy lleva en todo momento el peso del show, es el lider y no deja que ni los problemas del principio le aguen la fiesta. Con Nels a las seis cuerdas sabes que cualquier cosa puede sonar, un músico asombroso e intenso, y con una expresividad física acorde con lo que suena en los momentos más agresivos. Y que decir de Glenn, por si mismo es como una orquesta completa. Lo que hace con la batería me deja con la boca abierta, además de que algunos porrazos que pega son colosales.
Creo que esta formación de Wilco es perfecta, manejan todos los registros, que van desde el susurro a lo que debe sonar en una pesadilla de Charles Manson, y algunas veces lo hacen hasta en la misma canción, caso de Via Chicago, que cada vez la parte caótica es más y más salvaje. A este paso, dentro de unas cuantas giras si siquen aumentando la agresividad en esos momentos van a tener que destrozar el escenario o reventar los amplis para superarse, que animales!.
Tocaron aparte de varias de su Wilco (The Album) algún tema que no había sonado en el otro concierto en que los vi, caso de Misundestood (ya tenía ganas de gritar con ellos eso de Thank You For Nothing At All!!) o Kicking Television, esta si que no me la esperaba.
El set fue algo más corto de lo normal, pero no me puedo quejar, había presenciado como una banda fuera de lo común hacía maravillas en mi cara. Después, aunque también tenía muchas ganas de ver a Pixies, ya nada fue igual. A pesar de la entrega del público comparados con Wilco parecían unos cuantos peldaños por debajo, pero quién saldría bien parado después de una exhibición como la de Wilco. Lo cierto es que en las primeras filas empezaron a haber más apreturas y me largué unas cuantas filas hacia atrás. Tocaron muchos de sus clásicos como Here Comes Your Man, Monkey, Caribou, Broken Face, Where Is My Mind o su versión del clásico de Neil Young, Winterlong. Kim Deal derrochó encanto y saber estar, pero al resto los ví apáticos. Eso si, me gustaría volver a verlos en otro ambiente.
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