domingo, 15 de septiembre de 2013

Mem Shannon (I) - A Cab Driver's Blues (1995)


Los que somos melómanos de verdad, que cada vez quedamos menos, a veces salíamos de caza y nos arriesgábamos a comprar discos sin saber muy bien que te ibas a encontrar al poner en el equipo el artefacto sonoro que habías adquirido. Eso ahora es prácticamente imposible. Los que no vivimos en una ciudad tipo Barcelona o Madrid cada vez tenemos menos oportunidades de meternos en alguna buena tienda de discos a la aventura y muchos dirían que es que ni falta que hace. Ahora, cuando ha salido algún disco el que no lo ha escuchado todas las veces posibles o se lo ha descargado es porque no ha querido, y eso la gente que aún compra discos, si es que se lo pueden permitir. Ese ejercicio arriesgado de comprar algo sin tener muchas referencias claro que algunas veces suponía decepciones que con el paso del tiempo acababan en tiendas de segunda mano, pero también hay muchas sorpresas fenomenales. 

Entre mediados y finales de los 90's salió un buen ramillete de músicos más o menos cercanos al blues que supusieron una bocanada de aire fresco al género, aunque pocos de ellos hayan llegado a tener la notoriedad de bluesmen o músicos de esa onda de décadas anteriores. Pero lo que aportaron y en algunos casos siguen aportando gente como Larry Garner, Corey Harris, Shemekia Copeland, Alvin Youngblood Hart, Deborah Coleman o Mem Shannon supuso algo muy grande para muchos aficionados. Significó que había continuidad para un género que se había estancado en cierta manera. Desde Robert Cray o Joe Louis Walker todos los bluesmen que iban saliendo, aunque muchos de ellos eran tan buenos como Lurrie Bell o Big Time Sarah, repetían clichés antiguos, con mayor o menor acierto, y se echaba en falta gente que tuviera una perspectiva más acorde con los tiempos que se vivían. Así que me encontraba en una tienda madrileña y en la sección de blues me encontré con este cd, el nombre me sonaba de haber visto alguna buena reseña en Living Blues o revista similar. Entre los discos que vi ese día en los estantes no había mucho más que me llamara la atención especialmente y además este disco me llamó atrajo por la portada, y es que muchas veces hasta la música te entra primero por los ojos, algo que es muy difícil de explicar a alguien que sólo conoce la música por archivos de ordenador. El diseño gráfico también tiene su importancia, y este disco, con esa portada y el libreto parece que te va preparando para escuchar algo interesante.

En mi caso descubrir este disco y a Mem Shannon fue algo muy grande en su momento, Mem es uno de mis músicos favoritos y uno de los que más he escuchado en los últimos 15 años, alguien que me ha hecho contactar con gente de cualquier sitio por encontrar cualquier grabación de sus conciertos, aunque también me ha hecho ver el lado negativo de la escena musical reciente. Ya no importa nunca más el talento que pueda tener alguien, es muy difícil poder costearse la grabación y la edición de nuevos discos y para músicos norteamericanos cruzar el charco y salir de gira por Europa es muy complicado, ya nada tiene que ver con otras épocas, cuando teníamos de gira por España a músicos muy minoritarios. Décadas atrás músicos que estaban fuera de los parámetros más comerciales podían vivir de su música, editando discos regularmente, ahora algo así es imposible. Un ejemplo que ilustra un caso como este es el Crossroads Guitar Festival que organiza cada cierto tiempo Eric Clapton. A excepción de Gary Clark Jr. no hay otros músicos de blues de generaciones posteriores a Robert Cray en el cartel de ese festival año tras año, lo cual no es una anécdota, es bastante significativo del panorama general. Por eso me hace gracia leer a cierto tipo de músicos, con mayor o menor fama, que hablan de que el blues está muerto, ellos tampoco es que estén ayudando a que tenga algo más de vida, como si pasó tiempo atrás. De la misma manera que en los 60's ese tipo de gente apoyaban e impulsaban a bluesmen semidesconocidos, eso es algo que ahora no pasa, lamentablemente. El caso es que Mem Shannon desde 2005 no ha vuelto a sacar disco en estudio, su último cd fue su directo de 2007 y lo último que comercializó fue el tema Goodbye Mr. President (Time For You To Go) en 2008, que se sacó exclusivamente para su venta por descarga. Él sigue haciendo conciertos regularmente, apareciendo casi todos los años en el festival de jazz de Nueva Orleans, también apareció en uno de los episodios de la segunda temporada de la extraordinaria serie de la HBO, Treme. Duele que un músico tan personal y tan brillante no pueda tener una carrera discográfica acorde a su categoría, debido principalmente a que la industria musical ha cambiado de forma tan drástica en las últimas décadas. Un creador de canciones muy original, temas en la que se aúnan partes instrumentales ingeniosas y letras originales que hacen ver que estás escuchando a alguien con los pies en el suelo, y además alguien con su propia estilo de tocar la guitarra. 

Antes de grabar este album Mem estaba trabajando de taxista. Su familia, que había perdido a su padre, tenía que salir adelante y Mem tuvo que dejar momentáneamente sus sueños musicales para dedicarse a un trabajo con el que pudiera ayudar a su familia. Pero siempre llevaba una guitarra acústica en el taxi y aprovechaba para tocar en los ratos muertos. Él había empezado a interesarse por la música aprendiendo a tocar el clarinete para después pasarse a la guitarra después de ver a B.B. King en la tele. A principios de los 90's comenzó a involucrarse más con la música sin olvidarse de su trabajo nocturno en el taxi por el French Quarter de su ciudad natal. Al principio no se planteaba la idea de cantar, no se sentía muy cómodo y a él lo que le gustaba era tocar la guitarra, pero decidió seguir los consejos que le decían que por muy buena que pudiera ser su música tenía que cantar para atraer más al público. Su voz nasal y profunda, con un gran fraseo encajan de maravilla con sus ritmos funkys, y en su primer disco también se le puede escuchar hablando en algunas de las canciones. Su banda, llamada The Membership, incluía durante los primeros tiempos a gente como Peter Carter al bajo y a Lance Ellis y Tim Green a los saxos. El estilo musical de Mem no guarda muchos paralelismos con el sonido más típico de Nueva Orleans o con ciertos tipos de blues. No es alguien que recurra a cosas Sweet Home Chicago o Got My Mojo Working, algo así no tiene cabida en su repertorio, y tampoco variantes del blues como el shuffle, que considera un recurso demasiado fácil. En toda su discografía se ve un deseo de hacer las cosas a su estilo, y si bien es cierto que en su primer disco hay algunos blues muy clásicos también se adivina por otro tipo de temas cual podía ser el camino que iba a seguir, alejado de los tópicos del blues, siguiendo el camino marcado por gente como Walter Wolfman Washington, pero con su propia personalidad. Como guitarrista es realmente completo. Sus solos, tocados con limpieza absoluta, haciendo un buen uso de los silencios y sabiendo subir y bajar la tensión apropiadamente, no son lo único interesante en su estilo. Es un gustazo tan solo prestar atención a oír sus ritmos durante toda la canción, especialmente en las más orientadas al funk, su inventiva es algo a tener muy en cuenta, como sus incursiones con la acústica, escasas pero espléndidas.



Para el disco, producido por Mark Bingham para Rikodisc, a Mem se le ocurrió la idea de incluir como hilo conductor entre las canciones grabaciones de conversaciones con los clientes mientras estaba trabajando con su taxi. No es muy difícil imaginar que tipo de clientes se puede encontrar un taxista en la noche de una ciudad como Nueva Orleans: juerguistas, prostitutas, turistas y demás. Un disco tan particular hizo que ciertos medios lo resaltaran por su originalidad, llegando Mem a aparecer en reportajes de la televisión norteamericana hablando de su disco mientras trabajaba en el taxi. Algunas de la conversaciones son hilarantes, en una de ellas un cliente le pregunta a Mem si no le va a descontar algo por el mal trato que presuntamente estaba recibiendo. De todas formas el disco también tendría otra edición que no incluyó la mayor parte de las conversaciones del taxi.

El primer tema es Play The Guitar Son, una carta de presentación inmejorable, un blues lento con partes formidables de guitarra acústica en la primera mitad del tema y con la eléctrica en la sección final. Desde este mismo tema ya se puede apreciar una de las particularidades de su música: la importancia de las letras. Mem tiene mucho de narrador en bastantes de sus canciones, que en mayor parte son un fiel reflejo de sus experiencias y de cosas que oía en su día a día en el trabajo. Nada de adaptar temas clásicos oídos hasta la saciedad. Sigue You Ain't Nothin' Nice, donde muestra un tipo de influencias más funk, con toques a lo Kool & The Gang, un tema tan bueno como corto, tal vez con unos arreglos que se alejan del tono general del disco y con Tim Green al saxo. My Baby's Been Watching T.V. es otro blues lento muy buen empacado, también conocido como The Ophra Song, en la que habla del factor televisión en una relación de pareja. También hay mucho blues en My And My Bed, un tema de influencias jazzy y uno de mis preferidos del disco, con el insomnio como protagonista, con buenos solos de Lance Ellis al saxo y Mem tocando los solos más jazzisticos del disco. Taxicab Driver es funk elegante y contagioso, con Mem contando su historia personal de blueman-taxista con ciertas dosis de humor, el problema es que los metales son sintéticos, una lástima, seguramente de haber dispuesto de un presupuesto mayor se hubieran podido incluir una sección de vientos de verdad en todo el disco. Una de mis preferidas es One Hot Night, un tema muy difícil de clasificar, con Mem en solitario relatando un plan de robo llevado por alguien que necesita sacar adelante a su familia, las guitarras son soberbias, con sólo su voz y su guitarra ambienta un tema magistralmente, una canción única en su repertorio que Mem sabe ir llevando emocionalmente durante todo el tema. Cambio de humor con The Boogie Man, otra brillante muestra de ese funk marca de la casa, con unas estupendas guitarras y sección rítmica que te impiden permanecer impasible ante lo que estás escuchando. Maxine es quizás el blues más clásico de todo el disco, con un buen solo de guitarra y harmónicas. Got To Go, de nuevo con el funk por bandera, quizás el tema más cercano al sonido Nueva Orleans, con ese ritmo de batería tan habitual en tanta de su música, también se echa en falta metales de verdad en la parte final, y cierra el disco If This Ain't The Blues, de nuevo otro blues, esta vez con buena pero reducida sección de metales, donde Mem da muestras de su sentido del humor con la letra más divertida del disco junto con con My Baby's Been Watching T.V., un gran tema con buenas guitarras, con ese estilo limpio e impecable tan deudor de uno de sus ídolos, B.B. King, pero con su propio y personalísimo toque.


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