Por su cuenta o junto a la reedición de In Utero se ha editado oficialmente este gran show que hicieron Nirvana en la MTV. Han pasado ya veinte años desde ese concierto, que más o menos completo ya circulaba desde su emisión, pero poder disponer de todo el show, la prueba de sonido y más extras, no tiene precio. Los seguidores de Nirvana tenemos que sentirnos bien tratados, todo este impecable material que ha ido apareciendo, sobre todo los dvd's de Reading y Paramount, nos transportan a esa época gloriosa, cuando todos esos impactantes grupos de Seattle apabullaron en la última escena rockera en la que la exuberancia el poder y la popularidad fueron de la mano. También el año que viene se cumplirán dos décadas desde que Kurt Cobain decidiera dar por finalizada su estancia en este mundo. Mucho tiempo, pero desde que Nevermind entró en mi vida Nirvana nunca han desaparecido de mi dieta musical. Más tarde o más temprano siempre termino recurriendo a Bleach, Nevermind o In Utero y los lanzamientos que han ido apareciendo durante todos estos años. Y cada vez se acentúa la sensación de que el legado de Kurt no sólo no ha perdido nada con el tiempo, su música se revaloriza año tras año, más cuando lo que se siente escuchándola no se encuentra en ninguna otra parte. Es de ese tipo de música que mejora cualquier situación. Cuando hace tiempo para ir conduciendo hasta un sitio donde trabajaba y tenía que recorrer una zona depresiva de polígonos industriales y barrios marginales, nada mejor que ir con el Bleach a todo trapo para que la experiencia se convirtiera en otra cosa. Y en cuántos trayectos insulsos de metro o autobús me habrá acompañado Nevermind, haciendo que el tedio desapareciera como por arte de magia.
Nirvana estaban pletóricos, desde el inicio con Radio Friendly Unit Shifter arrollan sin bajar el pistón hasta que dan finalizado el show con unas de esas típicas y decadentes exhibiciones de destrucción. Un concierto sin fisuras, con la rabia de Kurt, la demoledora base rítmica de Novoselic y Grohl y el añadido de Pat Smear. Un grupo único, impactante y desbocado, conscientes de su dimensión pero con los pies en el suelo. Como con tantos otros talentos que se fueron demasiado pronto nunca se podrá saber que hubiera podido seguir aportando Cobain, pero al menos podemos viajar en el tiempo y apreciar toda la grandeza de un talento único, con esas canciones que mostraban furia y fragilidad al mismo tiempo, ruido y belleza, pasión extremista del tipo de música que te hace sentir vivo.
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