miércoles, 29 de mayo de 2013

Roberto Bolaño - 2666


Obra póstuma del escritor chileno que terminó de escribir cuando sabía que no le quedaba mucho tiempo de vida. Bolaño dejó instrucciones para que se publicara en cinco volúmenes, uno por cada parte. No se le hizo mucho caso y finalmente se editó en un solo libro. Cada una de las cinco partes tiene un ritmo diferente. Lo he hablado con alguna gente: la parte de los crímenes, donde se relata el recuento diario de asesinatos de mujeres en una ciudad mejicana, es larga, asfixiante y malsana a más no poder, todo ello contado con una frialdad casi robótica. Hay quien me dice que leer cientos de páginas sobre algo así es enfermizo. Puedo estar de acuerdo, pero ¿cómo se debería de plasmar algo así? No veo posible tratar un tema como lo poco que puede valer una vida en ciertos lugares de Méjico y lo cotidiano que parece que aparezcan cadáveres por todas partes de manera ligera, como si no se le diera importancia. Creo que Bolaño lo que quiso es que sintiéramos lo afortunados que somos la mayoría de los seres humanos que tenemos la suerte de no vivir en un infierno tal. Creo que más que algo depresivo es un toque de atención para que aprovechemos el momento, para que nos demos cuenta de lo que tenemos y de lo estúpido que resulta vivir cabreado por cualquier gilipollez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario