Después de seguir la carrera de Alejandro Escovedo (que es mi favorito de entre todos los famosos con quienes comparto cumpleaños) desde hace tiempo y de haber podido escuchar casi todo lo que ha sacado en solitario uno quería más, así que poder hacerse con una joya como esta por dos míseros euros en Second Spin es maravilloso, y lo que es poner el cd y ser vapuleado por The End para empezar es aún mejor. Esto no es para escucharlo a un volumen amable, esto es rock'n'roll garajero, ruidoso y lleno de furia, vitalista, muy neoyorkino y también de Detroit, un auténtico tormento para los vecinos. La discografía en solitario de Alejandro Escovedo es espléndida, llena de discos geniales, una lección tras otra de como debe ser el rock americano, sin límites ni complejos, pero sus primeros amores musicales fueron las guitarras sucias y el punk-rock, por lo que no extraña demasiado que decidiera grabar junto con sus compinches las canciones que componen The Pawn Shop Years. Este es ese tipo de discos en que se percibe lo bien que se lo tuvieron que pasar grabándolo: guitarras ardiendo y base rítmica asesina. Un disco que termina con Loose de los Stooges, la única versión, con un Escovedo tan enloquecido como el resto, impresionante. Una joya adictiva, rockera y aplastante.
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